Mamí quiero decirle que la quiero con todo mi corazón, que la amo.
Hoy que Dios le permite llegar a cumplir sus primeros 50 años, hoy puedo decir que por fin ha llegado a la edad que representa lo que usted siempre ha valido para mi y lo grito a los cuatro vientos y en toda la red: ¡Mamí vale oro!
Que Dios la bendiga hoy y siempre y que nos permita seguir juntas en este camino por el cual siempre hemos ido de la mano, siempre compañeras en la vida; que permita que todos sus sueños se vuelvan realidad y sus deseos que podamos cumplir su yerno, nietos y yo se los podamos cumplir.
¡Queremos pastel, pastel, pastel!
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